En el medievo, por el año XI donde ahora se localiza la capital de España, Madrid, corría el rumor de la existencia de un vampiro en la típica casa tenebrosa en la típica cuesta tenebrosa.
Entonces, unos apuestos y valientes caballeros fueron a visitar a la casa del ''Vampiro'', fueron montados cada uno en sus correspondientes caballos de pura sangre, uno blanco, otro marrón, y el más importante y que personalmente más me gustó, uno negro.
Fueron, atrevidos a la casa del ''Vampiro'' en busca de explicaciones y para descubrir si simplemente era un viejo algo tenebroso realmente un Vampiro, por que los rumores que corrían en la ciudad y el aspecto de la casa y la cuesta les atrajo y despertó su curiosidad.
Cuando fueron a la casa, pasaron por la cuesta, tan tenebrosa desde fuera como desde dentro y, cuando llegaron a la puerta de la casa, como buenos, apuestos y valientes caballeros, llamaron al timbre de la casa, ¡como debe de ser, si señor!
No abría nadie.
Segundo intento.
Seguía sin abrir nadie.
Y al tercer intento, una voz surgió del fondo de la mansión pronunciando las siguientes palabras con tono agonizante y escalofriante:
-Fuera de aquí-
Entonces, los caballeros, como valientes y apuestos que eran, huyeron del lugar nada más oír esa especie de grito fantasmal y tenebroso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario